martes, 26 de agosto de 2008

Existe un determinado estado mental en el cual uno, con una considerable dosis de tranquilidad, encuentra un perfecto equilibro entre el mundo que lo rodea y lo que percibe de tal. Es una fase ideal para intentar estudiar de manera eficiente, sin embargo no requiere el rechazo, sino la trascendencia de las preocupaciones cotidianas. Hay distintas formas de adquirir esa condición mental, y no siempre se alcanzan los mismos resultados, por lo que uno debe intentar los distintos métodos que conoce para alcanzar el pretendido nirvana, dado que lo más probable es que alguno falle.

Me estoy volviendo zarpado metafísico ¿?, o simplemente estoy drogado. Lo cierto es que dicho estado es un nivel de claridad mental, donde todo es aprehensible con voluntad. ¿Cuan fácil es trasnsgredir el limite de la estabilidad? Lo desconozco, pero uno siempre puede volver a al origen si se lo propone.

Pero hay algo que antes que nada es necesario para lograr ese trance: la soledad. Uno no puede alcanzar ese climax estando en compañía, porque implica estado individual, de la persona con el mundo naturalizado. Es necesario aclimatar la experiencia. La tele es un árbol, la mesa de vidrio una enorme planta, el viento es viento, claro. Cuando las ideas se terminan uno debería detenerse sin pena de arruinarlas.

viernes, 22 de agosto de 2008

El asfalto mojado, la luz tenue en la mesa, el vapor del café caliente, un buen disco y un libro en la mesa. Atravesar una calle, sacudir las manos por el frio al intentar abrir una puerta, respirar, recordar aquel momento, sólo esperar una palabra. Pensar en que sería bueno sentir más a menudo.

miércoles, 23 de julio de 2008

Es obvio que mañana me pego un tiro, gracias Manu y Lonchi, les encomiendo mi vida en el Gran Rex (?. Hoy es imposible dormir, ni estar, no me banco más la emoción.

lunes, 14 de julio de 2008

Encontrar el momento exacto en que perdí el hilo de todo lo que sucedía, valga la pena o no. Sos otra persona, te perdiste.

lunes, 7 de julio de 2008

No soy tan afterock, capaz soy algo afterpunk.
Ella calla y me regala un silencio más.
Todo bien, nadie tiene que entender mis chistes, ni siquiera yo mismo.
Vuelve a no decir nada
¿Dejé de ser gracioso o peor aun dejé de darte gracia?
Vuelve a callar, duele, me dice: ¿acaso no es lo mismo?
Le digo que sí, que tiene razón.

sábado, 5 de julio de 2008

Sospecho que esto es lo único que queda. Los quilombos de mi vida en general se traspasan al desorden de mi vida diaria y es como si una unidad incluyera a la otra y lo que es en una lo es en todas las demás, pero además de la unidad día, está la unidad hora y en la unidad segundos las que operan son mis ideas. Siempre tan desordenadas como es habitual, pero en una instancia caótica. Existen desordenes no fatales, existen muchas formas de desajustar las cosas, pero sólo una manera de mantenerlas ordenadas. Quizás nunca estuve mas en desacuerdo con esa frase que ahora. En algún momento creí que era cierto, el cielo se empieza a oscurecer, yo estoy en el patio de casa, es como aproximarme a estar afuera, pero sin estar fuera del todo. Es un refugio al aire libre dentro de un terreno limitado. En mi vida siempre hubo fantasmas, cosas que me torturan desde el pasado. Son errores mios o ajenos que me afectaron en algún tiempo atrás. Agustina fue un fantasma, supongo que dejo de serlo. Hace bastante frío, tengo que entrar, adentro no se está como afuera, es peor.

miércoles, 11 de junio de 2008

Equivocarme una vez más, nada raro, buscando el equilibrio en un punto final. Resulta que tengo más mentiras que verdades como propósitos. Perdí detrás de cientas desagradables decepciones, de aquellas que sólo tienen detalles defectuosos. Al menos tengo certeza de poder decir que espero no volver a explotar frente al público inaudito familiar, personas que detestan la menor equivocación. No quiero cruzar palabra con nadie.